Hungría, Alemania o España. Son innumerables los países que cuentan con tradición y cultura termal a sus cuestas. Pero, ¿dónde se halla el origen de las termas?

La palabra “termas” proviene del latín y significa baños públicos y, aunque fue en la antigua Grecia donde se comenzaron a utilizar las aguas mineromedicinales para uso de los ciudadanos (de hecho, Thermos era un pueblo de Etolia (en Grecia), destacado por la calidad de sus aguas), fue en Roma donde se produjo su auge.

Las primeras grandes termas públicas se construyeron alrededor del 25 a.C. bajo el mandato del emperador Augusto e impulsadas por Agripa, su mano derecha. Así mismo, por aquel entonces se diferenciaba entre dos tipologías.

  • Balneas thermas. Eran los baños públicos y se realizaban en casas de baño con carácter vecinal.
  • Balneum. Eran baños privados de los que solo podían disfrutar los altos cargos de la sociedad.

El origen del Balneario da Brea

¿Y qué hay sobre nosotros? La zona del Deza tiene mucho que ofrecer. Entre los múltiples atractivos de los que puede presumir se encuentra el monasterio de San Lorenzo de Carboeiro. Precisamente, en este antiguo monasterio benedictino de la parroquia de Santa María de Carboeiro, se encuentra, en cierta medida, el origen de nuestras aguas mineromedicinales. 

Se cree que los monjes del Mosteiro de Carboeiro usaban las aguas de A Brea. Y, aunque también se encuentran referencias del Barroco a estas aguas, su fama no llegaría hasta finales del siglo XIX, cuando los baños recibían a cerca de medio millar de personas al año. Después, en 1991, se construyó el actual balneario para ofrecer buenas dosis de relax y bienestar.



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