La pandemia nos ha hecho más caseros y nos ha obligado a buscar más planes sin salir de nuestros hogares, por lo que hemos creado nuestros propios gimnasios en casa. Si buscas un modo de desconectar del mundo sin salir de la seguridad y comodidad de tu morada y, a la vez, ejercitar y tonificar tu cuerpo, tal vez el pilates sea una buena opción para ti.

 

También conocido como contrología, fue creada por el deportista e inventor Joseph H. Pilates, de quien toma el nombre, a principios de la década de los veinte del siglo pasado. El pilates -también conocido como método Pilates– es un conjunto de ejercicios que tienen como propósito ejercitar cuerpo y mente. Es así que, con más de quinientos movimientos diferentes, es una actividad útil para mejorar nuestra condición física y también nuestra capacidad de control y concentración.

Entre sus beneficios se encuentra la mejora de nuestra postura, que no siempre es sencillo mantener, ayuda a recuperarnos de antiguas lesiones y a prevenir, tonifica los músculos, favorece la flexibilidad y agilidad y nos hará sentir con más energía.

Para practicar este deporte tan solo hay que tener ganas y seguir con rigurosidad los seis principios básicos para convertirnos en verdaderos maestros del pilates: la respiración, que debe fluir y ser suave; la concentración, para lograr una conexión entre respiración y movimientos; el control, para mantener el centro activo y una buena alineación de las articulaciones; la precisión, es decir, contar con precisión espacial; el centro, debemos saber localizar el core en cada ejercicio; y, por último, la fluidez, que nos permitirá lograr un equilibrio entre tensiones musculares, postura y movimiento.

 

  • La respiración. Es uno de los pilares del pilates y cada ejercicio contará con un patrón determinado de respiración. La forma adecuada de respirar es inspirar profundamente por la nariz y exhalar por la boca, con una respiración intercostal, es decir, empleando los músculos del tórax y de la zona de la espalda, para que el esfuerzo no lo tenga que hacer nuestro abdomen. Nos ayudará a mejorar el control de nuestros movimientos y evitar sobrecargas.
  • La concentración. No solo serán importantes los movimientos que hagamos con nuestro cuerpo, sino también con nuestra mente. Para hacer una actividad de calidad, debemos concentrarnos en sentir y ejercutar correctamente los movimientos que realizamos y en nuestra respiración.
  • El control. En relación al anterior, se encuentra el control de cada pequeño gesto que ejecutemos. Esto nos permitirá tener el dominio no solo de los músculos principales para cada ejercicio, sino también de los secundarios.
  • La precisión. Tener el dominio de nuestros movimientos va un paso más allá y requiere de contar con una buena conciencia espacial, es decir, saber dónde comienza y dónde finaliza cada ejercicio.
  • El centro. Saber localizar y trabajar con nuestro centro, junto con la respiración, es lo más básico del método. Si lo hacemos correctamente, pronto comprobaremos que nuestro core, conformado por los abdominales, glúteos, lumbar y suelo pélvico, se fortalecen y se adquiere un equilibrio entre la zona abdominal y la lumbar.
  • La fluidez. La fluidez y facilidad de movimientos es el objetivo de todos los ejercicios del pilates, es necesario conectar todas las partes del cuerpo.

 

Además, para practicarlo no necesitarás más que un lugar tranquilo, que nos ayudará a concentrarnos; y, como material, tan sólo será necesario una esterilla y ropa cómoda.

Si tienes molestias o dolor en la espalda u otra parte del cuerpo, llevas una vida sedentaria, buscar activar tu metabolismo o una práctica eficaz para practicar en casa, esta es la actividad ideal para ti.

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